VÍDEO DEL PRÁCTICUM

ANTES DE CLASE
El objetivo principal de esta clase (siguiente vídeo, inicio de clase en 2º de Batchillerato) era que los/as alumnos/as expusiesen un problema que habían realizado con nuestra ayuda en la sesión anterior, que se coevaluasen entre grupos y que se autoevaluasen como grupo. El objetivo se cumplió con creces; había 4 grupos y 3 de ellos expusieron sin problemas, pasando la resolución del otro grupo a la sesión posterior. Ya habíamos contado con ello, pero nos sorprendió que sólo un grupo pasase al siguiente día y que los grupos hubiesen resuelto el problema tan bien. Además las evaluaciones de ellos/as se correspondían con las nuestras.

INICIO DE CLASE
Los minutos del vídeo (donde salgo) corresponden al inicio de la clase donde los grupos deberán exponer un problema propuesto y resuelto en la sesión anterior para su evaluación, tanto por nuestra parte como por parte del resto del alumnado, así como una autoevaluación como grupo.

En este fragmento explico la función del material didáctico entregado, una ficha para que puedan co&autoevaluarse siguiendo unas pautas, así como las posibilidades que tienen para exponer en la pizarra la resolución del problema. Esta actividad era de exposición libre, podían salir tantos estudiantes como quisieran: exponer uno/a y los/as demás escribir mientras explicaba, exponer uno/a ayudado por los demás, exponer cada uno/a un apartado... queríamos concienciarlos del trabajo en equipo.

Los/as alumnos/as conocían la metodología que íbamos a realizar, por lo que ya se habían distribuidos por grupos nada más llegar. La explicación no es todo lo fluida que debería de ser y creo que los alumnos están más pendientes de la tarea que iban a realizar a continuación (exponer el problema) que de mi explicación.

DURANTE LA CLASE
En el momento de realizar las unidades didácticas siempre tuvimos en cuenta la participación del alumnado. Por lo tanto, el porcentaje en el cual tomamos la palabra es bajo. Siempre intentábamos interactuar con el alumnado, preguntando en todo momento y concretando los conceptos más importantes. La mayoría del tiempo el alumnado realizaba las actividades que les habíamos propuesto.

El vídeo corrobora lo dicho anteriormente. El final del vídeo corresponde a la resolución en grupo de los problemas que tendrán que exponer. Las interacciones profesor-alumno y alumno-alumno son constantes. Los/as alumnos/as de 2º de Bachiller no participaban mucho, por lo que la actividad desarrollada por grupos fue idónea, supongo que siempre es menos incómodo preguntar en "petit comité" que delante de toda una clase.

Centrándonos en la mitad del vídeo, salgo explicando una curiosidad de un problema resuelto anteriormente por uno de los grupos. Les pregunto a que se debe esta curiosidad, con la que promuevo la interacción alumno-profesor, en un lenguaje poco formal mirando a todo el alumnado. Para bien o para mal, utilizo un lenguaje bastante coloquial, es al lenguaje que estoy acostumbrado y además es bastante característico cuando se improvisa sobre la marcha. Este registro implica más relación social y proximidad, pero se tiene que cuidar ya que, a mi modo de ver, la didáctica debe de estar entre lo culto (o formal), por los contenidos a tratar, y lo coloquial, por el trato con el alumnado.

FINAL DE CLASE
La clase acaba con un resolución de un problema que quedó pendiente el día anterior, la verdad que la temporización de las clases es un de los aspectos que más hemos de depurar; la campana tocó varias veces por sorpresa, los 55 minutos pasaban rapidísimo. Esta vez nos propusimos llevar un control del tiempo estricto, lo que facilitó dicha resolución y la conclusión de la clase. Los alumnos acababan de solucionar un problema que tendrían que exponer en la pizarra la próxima sesión; las actividades estaban claras, ya se había dicho que sino se acaba en clase tendrían que acabarlo ellos/as por su cuenta.

El grupo de bachillerato acostumbraba a estar bastante atento, por el contrario el grupo de 4º de ESO era más complejo en este sentido, ya que incluso minutos antes de que tocara el timbre ya estaban recogiendo; en muchas ocasiones era el instante en que nos dábamos cuenta que la clase llegaba a su fin, con lo que improvisábamos un poco. Nos limitábamos a decirles el material necesario para la próxima sesión y recordarles alguna que otra entrega (no fue lo habitual ya que nos propusimos desde un principio que no les pondríamos deberes en casa, sólo se actuó así cuando no acaban las actividades en clase).

DESPUÉS DE LA CLASE
Como ya he dicho anteriormente, la clase en la que explicaban cada grupo la resolución del problema que les había tocada el día anterior fue un éxito. Tanto Francesc como yo salimos bastante orgullosos, comentándolo al acabar con un café de por medio; los/as alumnos/as habían resuelto y explicado problemas extraídos de las pruebas PAU, habían interaccionado como grupo y habían compartido sus dudas globales con nosotros; este había sido uno de los objetivos básicos que nos habíamos propuesto en la unidad didáctica e incluso formaba parte del ciclín. Entendíamos que en el proceso enseñar-aprender la participación del alumnado era vital.